El lunes por la tarde, 25 de febrero, me fui con Carlitos (Carlitos tiene ya sesenta y nueve años), al bar "El Sanfran", bar musical y fumeta, al pie de la zona del castillo, en Burgos, consolándole, pues se ponía furioso y muy exaltado hablando y leyendo sobre el bandolerismo institucionalizado de la nación.
 Llevaba consigo un ejemplar de los cuatro diarios más leídos, ya pasados, que había cogido del Centro de Día del Carmen.
 Pedimos un té con sabor a naranja, y nos sentamos.
 Mientras el leía, yo me puse a contemplar a una chica rasta peinando a otra en su mismo estilo, y me imaginé caracoles deslizándose por cada trencha haciendo sexo. Carlitos levantó la vista del periódico que estaba leyendo, exclamando :

- Yo me las follaba a las dos, tío.
 Hizo un silencio, y gritó, como cantando :

- Las mujeres follan, los hombres joden.

— Qué imbécil, le respondí.
 Tenía,según le vi moverse, poniéndose coloradote, fervorosos deseos de ir al excusado, vamos a cagar, "y predicar en el desierto", como élmismo dice, "derramando susgracias", a los borregos y borregas que hacen voto de miseria y de obediencia tanto a ricos y poderosos como apopolíticos, por lo de popó.
 Con rabia, cerró el periódico que leía y, recogiéndoles todos enun puño, les tiró al cubo de la basura, en acción de encestar, lo que no supo ; lo cual hizo enfadar al camarero gerente que, en ese momento, se estaba tocando los huevos, bailando una música rap.
 Antes, Carlitos había retirado la primera página de cada periódico, en las que figuraban las noticias del bandolerismo institucionalizado diario y otras malas acciones con sucesos como el caso del despreciable y asqueroso músico tocachochos infantiles, tocador y posible violador de una niña de 17 meses, curas pedófilos hartos de lamerse el cipote, o la foto de un torero, sucio montaje, toreando una vaquilla herida y casi muerta, con su niña enbrazos ; violación, también, de los derechos del niño. Despreciable.
 Con estas cabeceras de los cuatro periódicos, envolvería los chorizos, o como el mismo dijo : "voy a envolver con estas hojas mis cagadas gramaticasles, dejándolas a las puertas del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua".
 Así lo hizo, de buena gana y con harta ternura. Con mucha devoción y efecto, tanto, que unos viejos que estaban tomando unos mostos, viéndole envolver los chorizos, le pidieron a Carlitos les diera de esa comunión, pues en ningún modo sabían que eran cagadas, abriendo sus notables bocas desdentadas como para recibir un cacho, al igual que hacen en las filas devotas de beatos, cuando en las iglesias reparten chorizo y morcilla frita las festivaleras peñas, donde se empujan y se matan por alcanzar un trozo, viéndoseles la campanilla de la garganta y la lengua que parece saborearles ya, pues arrojan babas coloradas o negras.
 Antes, y para que se sepa, vimos a Carlitos defecar y, a ellos, les pareció, como dijo uno : "un apóstol de las Indias, o un santo padre pintando peregrinos".
 Nos levantamos y nos fuimos camino del ICYL, en el Paseo de la Isla. Para divertirnos, nos comprometimos a jugar a las adivinanzas que corresponderían a cerdos y ladrones del Erario público.
 No hubo orden. Uno dijo y otro dijo. Así :