NotOrdinary Fashion

"Got a longlist of ex-lovers
They’lltellyouI’minsane
But I got a blankspace, baby
And I’llwriteyourname"

- Sylvia Plath

"Tuve una larga lista de examantes
Que te dijeron que estoy loca
Pero dejé un espacio en blanco, tío
Donde escribiré tu nombre"

- Sylvia Plath



Ahora entiendo lo que quiere decir Orwell en su Granja, cuando comenta "qué bien se ven los cerdos presidiendo un desfile". Esta bellísima foto con su insinuación por detrás, tris tras, de "NotOrdinaryFashion" (Un Estilo Especial), me hace recordar los días en que un tío mío, enchufado en el Insalud, me llevaba con él a ver los pases de moda y pasarelas del momento. Este gustillo, que se engendró en mí, hizo que, una vez, no hace mucho tiempo, asistiera a la Pasarela Cibeles, en el "Madrid FashionWeek", que a mí me pareció siempre un plato de gambas a la brasa bien servido, con tanto paseo de preciosas hembras de muchos colores y calores. 

- ¿Qué te parece ?, me preguntaba el tío ; y yo le respondía :

- El sentimiento, primero, tío ; pues me siento un labrador de capital sembrando muchos entre algas junto a las rocas de un mar de pasión "fashion", donde se ven pescadores magnates, mangantes, con cara de cerdo, y pescadoras que se encuentran con labradoras que se preguntan a sí mismas, y responden : "¿Qué es lo que esperamos ? Un poco de trigo para nuestras gallinas".

- Mi tío me daba un manotazo en la mano que estaba en lugar indebido, haciéndome espabilar de una bobería en la que estaba yo metido, y salido de contemplar tanta belleza carnal.

- Deja de sembrar que se va a notar, y vas a perder las semillas que coman tus hijitos el día de mañana, me decía.
Yo le respondía :

- No, no, tío, yo no me voy a casar, si no es con una modelo, o una señorita de esas que tú me decías "más bonitas que el sol bello", que hay que calentar porque las pobres están en cueros. Tías que visitabas cuando estuviste en el frente del Alto de los Leones, paso de montaña que atraviesa la sierra de Guadarrama y comunica Segovia con Madrid, cuando bajabas a la Capital, a visitar sus prostíbulos, acompañado de compañeros de tu bando y del otro bando y allí, como amigos y divinos redentores, elegíais la más hermosa hembra que ibais a rajar, una vez sacada tras aquella orden esperada de la Celestina : "Niñas al salón".
Tras un descanso de "la mojada", la lengua, siguió :

- Tío, yo quiero tener dinero para elegir una belleza "fashion"como éstas. Y dos caballos, uno para ella y otro para mí ; cabalgar por los prados y los campos siempre sembrando, y que los tordos canten, cuando hagan sexo los caballos : "Amor pasó por aquí".
El tío me contestó :

- Pues ya puedes espabilar, macho. Ya sabes la cantinela : estudiar mucho y trabajar más, que el amor, para los pobres, no es caridad, y, a los pies de los caballos, miles de reniegos da. A no ser que te contentes con las tías de la Ballesta o de la Casa de Campo, donde el intento de amar es meterla presa y, por eso mismo, hacerla llorar de soberbia erecta, y no más, pues estas hembras son de peseta, y te dicen al primer polvo de cambio : "Macho, que al alma me llegas, pero ¡que no me coge en las carnes¡"

- Pues yo, tío, he de traer a casa una modelo de pasarela, aunque me cueste el Cielo y la Tierra. De no ser así, por san Prepucio que me la corto, aunque a las mujeres vea llorar.

- Allá tú, me respondió el tío.