Tío Alfonso marcha a su huerta
Por ver de matar a los pajaritos
Que se comen las cosechas.
Que el otro día yo le vi
Llevando una cesta con veinte tordos
Para merendar en la bodega
Pues las plumas que les cubrían
Era de brillante negro.
El tío Alfonso no se da cuenta
De que matando a los tordos
En sus sembrados crecerán
Las enfermedades de la tierra
Y las plagas de insectos
Se adueñarán de ella
Sin ver, porque está ciego
De que por cada cereza que se coman
O picoteen el melón o las peras
Le libran de unacaterva de pulgones
En tiempos de sementera.
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