Imaginemos una sociedad orwelliana donde existe el control del pensamiento que rige la sociedad. No podría existir libertad para pensar, ni sentir, ni diferir en nada. Un líder o varios dominarían cada quehacer cotidiano…¡Terrible !, ¿verdad ? Pues grupos como "El camino internacional", "La unificación de Moon", "El templo de Set", "Hare Khrisna", entre muchos otros, tienen pautas de control de pensamiento significativas que dominan el entorno de las personas que lo componen, de forma totalitaria.
Utilizan de acuerdo a Kurt Lewin, la persuación coercitiva con el descongelamiento, que destruye las defensas del individuo ; el cambio, que es el proceso de adoctrinamiento y la congelación, el proceso de formación y reforzamiento de la nueva identidad. A los miembros se les asignan tareas específicas, se restringe su tiempo libre y comportamiento, y los miembros tienen que pedir permiso para todo.
El control de comportamiento regula la realidad física del individuo, controla su entorno (lugar donde vive, lo que come, cuántas horas debe dormir, así como su trabajo. Por eso prescriben horarios rigidos para dedicarlos a rituales del grupo.
Festinger, autor de la teoría de la disonancia cognoscitiva, dice :"si usted cambia el comportamiento de un individuo, sus pensamientos y sentimientos se modificaran para minimizar la disonancia" (Libro, "Cuando falla la profecía", 1956).
Las sectas crean, a propósito, la disonancia en sus adeptos para controlarlos. Crean una personalidad substituta, adecuada a la secta. El control mental es llamada reforma de pensamiento.
Festinger señala la forma de este control :

1.- Control del comportamiento.
2.- Control del pensamiento.
3.- Control de las emociones.
4.- Control de la información.

Si se restringe la libre capacidad para pensar por sí mismo, el individuo es fácil de controlar.
La identidad está formada por las creencias, comportamientos, proceso de pensamiento y emociones. El grupo de dominio influye en la familia, la educación, la amistad, y la elección libre de ideas para crear una nueva identidad. Es importante señalar que estos niveles de dominio quiebran a las personas y algunos grupos usan drogas para afianzar su control.
Estos discípulos de la muerte, buscan el dominio mental y la imposición de sus ideas.
Es nuestra tarea liberar a quienes sufren esta dominación, y en particular a los jóvenes presas de estos grupos, conjurados contra el presente, que olvidan el pasado, y viven para un futuro incierto.