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Releyendo poemas de Santiago Montobbio al sabor temático - por Ester Abreu Vieira de Oliveira
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 Article publié le 20 novembre 2022.

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Santiago Montobbio, poeta español (Barcelona 1966) nos ofrece en su poética, cohesivas imágenes que consolidan variados temas y subtemas, entre ellos el del amor, de la soledad, del silencio, de la transitoriedad de la vida, y el del hacer poético, como podemos comprobar en algunos poemas de las obras : Absurdos principios verdaderos (2011), Hasta el final camina el canto (2015), y Sobre el cielo imposible (2016) que ilustramos a continuación.

Iniciamos la lectura con el poema “Toda mi noche es tu mañana, el Alba” de la obra Hasta el final camina el canto, p. 282, que nos ofrece Santiago con el tema de la soledad.

TODA MI NOCHE ES TU MAÑANA, EL ALBA

  1. en que te sueño, los pasos con los que
  2. en el corazón te represento, te figuro
  3. como versos que se dan las manos con dulzura
  4. al fondo de su sombra. Después del alma,
  5. cuando como lluvia ya has vuelto sobre ella
  6. y en mis dedos tengo sólo sueños, y versos
  7. con los que te figuro, con los que te represento
  8. como sombra fresca en que el corazón se tendiera
  9. pero aquí sólo hay tierra seca para ellos,
  10. tierra que tu lluvia para mi amor
  11. no humedeciera, porque llueve, seguro,
  12. para otra cosa, con distinto motivo,
  13. sigue a veces siendo terrible el estar vivo,
  14. un absurdo de lluvia y sueños
  15. en la noche oscura, la última noche
  16. del corazón en la soledad perdido,
  17. en mi noche y sin tu alba, sin tu sueño,
  18. mudo verso y noche en que ese perdido corazón anego.

El título nos pone atentos por la antítesis de claridad y oscuridad (“alba”, “noche”) y de una situación temporal matutina (“alba’) que produce otra, la sentimental (los pasos formados en el corazón).

En los cuatro primeros versos, el yo-lírico sueña con una sombra, con alguien ausente que representa en el corazón (v. 2).

La imagen de la “sombra” (v.4), nos ofrece un ser impreciso, soñado. Todo refleja la soledad del yo-lírico de un triste vacío existencial de una añoranza por otro. La lluvia benéfica no le alcanza (v. 9-11). Y el poeta recuerda una noche de soledad en la que las palabras se callan (“mudo verso” v. 18) y frente a la tristeza del poeta (“noche”) se antepone la alegría (alba) de lo deseado y como resultado de eso el verso se calla : “en la noche oscura, la última noche/ del corazón en la soledad perdido,/ en mi noche y sin tu alba, sin tu sueño,/ mudo verso y noche en que ese perdido corazón anego.” (v. 15-18).

La imagen de la noche oscura (v.15) nos apunta la recurrencia del poeta a este tema y nos lleva al poema “Noche oscura del alma del místico San Juan de la Cruz.

Con esa metáfora busca describir una fase en la vida anímica marcada por la soledad y la desolación, por la ausencia del Amado (“sin tu alba, sin tu sueño”, v. 17).

La metáfora mística es una forma de referirse a tradiciones espirituales universales, principalmente, a las del cristianismo, con la del amado (Cristo, y la iglesia).

El poema de Montobbio, crea la imagen del Otro, del amado (de la poesía), en los versos : “y en mis dedos tengo solo sueños, y versos/ con los que te figuro, con los que te represento”, (v. 6-7).

 La soledad y abandono del poeta le hacen reconstruir poemas. Es productiva : “en mis dedos tengo sólo sueños, y versos/ con los que te figuro, con los que te represento/ como sombra fresca en que el corazón”. (v 6-8). La imagen de la lluvia es benéfica, sin embargo se vuelve frustrante para el yo-lírico, porque ella no humedece su amor (su poética), o sea, no es suficiente para la elaboración de poema, sigue árida su producción.

En cuanto a la imagen del alba, en el poema “Um susto de morirse, pero ya está, dice”, p. 96-97, v. 18, el poeta declara que “el alba” es el silencio, momento de su producción. Así en la soledad hay silencios perdidos cuando no se produce (v 5-7). Son silencios que alejan al hombre. No obstante en la soledad puede el poeta trabajar : la luz “estalla” (v.11), lo que le da serenidad (“remansa” v. 12). Y así va a decirnos en “El silencio destierra al hombre”, de la obra Hasta el final camina el canto. p. 171 :

 EL SILENCIO DESTIERRA AL HOMBRE

  1. del poema, y en sus oscuras
  2. fauces lo consume. Tantos años
  3. en él se han ido, empeñados ya
  4. por el olvido. Tantos años, tanta vida,
  5. tanta miseria acaso en las palabras
  6. no cifrada. El silencio es un reino
  7. del que perdemos siempre el cetro.
  8. Nadie lo gobierna. Nadie
  9. en sus tierras canta. Pero aún así
  10. en ellas la poesía alienta, trabaja. Y un día
  11. estalla — o restalla, luz
  12. que en el alma se remansa.

Nuevamente nos volvemos a los místicos, pues fue en el silencio de los claustros que San Juan de la Cruz creó su poema “Noche serena”, buscando unir el amado con la Amada, y Santa Teresa, de Ávila, encontró los efluvios del amor divino. Y Montobbio en el silencio se integra con su dios creador, su arte. En el ágape con Dios, en el ambiente místico, el Espíritu Santo, la sabiduría, actúa. Pues hay silencio y la soledad aniquila el yo-lírico, lo silencia, lo calma : “[...] La soledad devora todos mis pasos y es arena/ en la que sus huellas se borran.” [...] La soledad perdida/sobre la arena de la nada/ en que hasta el adiós se borra. […]” (v. 5-6). Poema “El adiós en que me pierdo. El adiós en que te siento”, p. 63, de Hasta el final camina el canto.

En el poema “Um susto de morirse, pero ya está”, de Hasta el final camina el canto, p. 96-97, el poeta declara que aprovecha los momentos de silencio para nutrir la poesía, principalmente después de que la vida se revitaliza, después que empieza el día : “que se despliegue como el alba”. En ese momento de silencio brota la poesía “[...] Porque el silencio es necesario. El silencio/ la nutre, la alimenta, la alienta,/ la despierta. El silencio es también/ alba en que me abrazo. Y el poema/ luego lo retrata.” (v. 18-22). Y sigue explicando el poeta lo que es el silencio en el poema “Lejos voy, lejos llego, lejos te siento”, p. 239, de la misma obra arriba citada. El silencio “[…] es […] donde la verdad se encuentra y canta”. (v 6-7) y puede él reproducir la triste realidad entre la vida y la muerte, porque “[…] Vivir es una condena triste, larga, y a veces/ ser una fiera en una jaula” (v. 10-12)

El poeta desvenda un mundo que brota como una luz de la conciencia y la alumbra para señalar al hombre su existencia y la posición en la que se encuentra delante de las cosas. De esa forma todo adquiere ritmo, proximidad y lejanía, y talle — pequeño y grande.

En el poema “Sobre el cielo imposible. Se me ocurre este principio”, de Hasta el final camina el canto, (p. 188-189), el yo-lírico, consciente de su destino histórico, siente el mundo concreto en el momento en que percibe el “ritmo” de la vida’ en una ocasión de fruición poética : “[...] Pero vivir también se nutre/ de estos ritmos perdidos. [...] (Idem,  v.8-9, p. 188). Mas el momento del deleite se puede perder, por la falta de registro (“sin papel ni bolígrafo”, (v. 3) ; “porque el arte/ tiene su tiempo y nos asalta en caliente/ y solo en el momento, [...]” (v. 10-12).

SOBRE EL CIELO IMPOSIBLE. SE ME OCURRE ESTE PRINCIPIO

  1. de poema o de verso pero estoy
  2. tendido a la sombra de un pino
  3. sin papel ni bolígrafo. Sobre el cielo
  4. imposible ha de quedar huérfano
  5. y como ritmo que desarrollarse no pudo,
  6. germen, célula o núcleo vivo
  7. que en un hueco o una sombra
  8. quedó dormido. Pero vivir también se nutre
  9. de estos ritmos perdidos. Yo creo
  10. que para siempre se pierden, porque el arte
  11. tiene su tiempo y nos asalta en caliente
  12. y sólo en el momento, pero acaso también sea cierto
  13. que queden en suspenso, en el silencio
  14. dormidos, y me naveguen en las aguas
  15. del adentro y a la poesía y a la vida
  16. de otra forma vuelvan, semilla
  17. que después fiel se cumple, nube
  18. que acaso cambia de forma
  19. pero aparece de todas todas, sobre
  20. el cielo imposible, como en el principio
  21. del verso que bajo un pino ahora yo pierdo.
  22. En la sombra me tiendo y ya no discuto más sobre poética.
  23. (Este poema sucede por dentro).

Hay en la escritura montobbiana, una especie de purgación por cuestiones transitorias como la de la conciencia del tiempo y la de la pérdida de la soledad. Sobre ello ilustra el poema “En el momento último” de la obra Absurdos principios verdaderos, p. 53-54, cuando el poeta presenta una filosofía existencial en los cincuenta y uno versos. Hay un tiempo de un paso obscuro, de cosas olvidadas : un tiempo túnel, un tiempo lejano de varias lunas, un tiempo de prohibición bajo el efecto del miedo (“del frío”) y un tiempo de impotencia de manifestación, de negatividad, de prohibición y de silencio. Para acordarlo las metáforas refuerzan el estado onírico del yo-lírico. Ellas traen al discurso poético un conocimiento artístico inherente en Montobbio, al mismo tiempo en que, movidas por el inconsciente, transportan sentido y el deseo de transmitir emociones sufocadas por el tiempo. Así inicia : “Conscientes de que hace un tiempo lo suficientemente túnel/ como para que las lunas se hayan ya olvidado por completo de si mismas/ tú y yo tendremos miedo o al menos la pequeña, inevitable vergüenza/ de quien ha vivido siempre en el compás del frío. [...]” (v. 1- 4).

EN EL MOMENTO ÚLTIMO

  1. Conscientes de que hace un tiempo lo suficientemente túnel
  2. como para que las lunas se hayan ya olvidado por completo de si mismas
  3. tú y yo tendremos miedo o al menos la pequeña, inevitable vergüenza
  4. de quien ha vivido siempre en el compás del frío.
  5. También habremos entonces olvidado
  6. el antiguo sonar de las plegarías, los extrañísimos ritos
  7. que nos hacían recitar en colegios olvidados y tristísimos —niños con luna—,
  8. pues que a mí se me cegaron los caminos
  9. como heridas de ojos sin destino
  10. y tú insiste en hacer conmigo
  11. las abandonadas travesías de la sombra
  12. y que tras ellas se nos desdibujaron
  13. las calles del tiempo sin salida
  14. que habían ido borrándose
  15. sobre tu cuerpo y mi cuerpo.
  16. Y tú y yo tendremos miedo, vergüenza y frío,
  17. si llega el momento
  18. en que la voz sin nombres
  19. se haga en nuestros rostros palabras
  20. por no poder alegar catedrales y sacrificios,
  21. por no haber hecho nada aquí, entre sombra y día,
  22. haber sido nada, tú y yo, y no poder decir
  23. sino cosas pequeñas, historias inútiles
  24. que no ha de creerse nadie, sangres de azúcar
  25. que en los dientes crujan, fracasos torcidos,
  26. cosas pequeñas y cosas así, Dios mío,
  27. Dios vestido de sí mismo, hermoso
  28. para los justos y terrible
  29. para los injustos y nosotros
  30. sin tener agua entre las manos,
  31. habiendo olvidado nombres y ritos
  32. y sin poder alegar, sin poder decir nada
  33. sino cosas pequeñas que hasta a nosotros nos dan risa,
  34. cosas tontas que no sirven, callar por no decir
  35. —por ejemplo— que nos hemos amado mucho,
  36. ya que poco más podríamos aducir, tú y yo,
  37. con vergüenza y miedo, en el momento último,
  38. fíjate bien, qué ridículo. Y tú y yo tendremos miedo,
  39. porque ni eso sabremos bien cómo decirlo, fíjate tú,
  40. ante Dios vestido de si mismo tú y yo diciendo
  41. que no somos niños excesivamente malos
    o que lo somos pero que se aplicaron en amarse mucho,
  42. en amarse enteros, sobre el punzante cristal del día,
  43. con constipado miedo, debajo del mundo
  44. nosotros no podremos decir sino eso
  45. pensando que con suerte Dios sólo
  46. nos pondría cara a la pared
  47. durante algunos siglos
  48. por habernos amado mucho, hasta el fin del tiempo
  49. o del río o de Él o de nosotros mismos, enteros,
  50. libres, de todo el resto descreídos.

El tema del amor es relevante en la poética montobbiana, reafirmamos. Es un amor total, perdido e idealizado o recordado que el poeta canta. Son largos o cortos como, por ejemplo, el conciso poema 515, de dos versos “Todo un desierto sobre el alma” de Hasta el final camina el canto, p 145 :

TODO UN DESIERTO SOBRE EL ALMA.

Llueve la nada. Y mi amor no te alcanza.

Con estos dos versos terminan mis palabras

El amor, la entrega total sin nada pedir, a veces, es tanto que el yo-lírico no sabe lo que hacer con él. Sin embargo, siente que el amor es la belleza y la sal de la vida, así registra el poeta en “Te pido perdón por tanto amor, y más aún”, p. 58, cuando lo crea reafirmando el amor : “que otra vez te canta y es motivo por sí mismo,/ aunque no te encuentra, y se sostiene en el amor (v. 15-16)

TE PIDO PERDÓN POR TANTO AMOR, Y MÁS AÚN

  1. por no haber sabido qué hacer con él. La inutilidad
  2. sin duda es condenable : así te lo asegurarán todos.
  3. Pero también siento
  4. que la generosidad del corazón
  5. que se abre como una flor increada
  6. en una espera sin motivo
  7. es la belleza más honda de la vida. La belleza y la sal,
  8. esta ausencia de motivo, la generosidad sin límites
  9. a cambio de nada entregada, para nada nacida,
  10. dirigida hacia ti o hacia el alba como un cuerpo
  11. que es también un barco o una saeta, este poema
  12. que otra vez te canta y es motivo por sí mismo,
  13. aunque no te encuentra, y se sostiene en el amor
  14. que espero me perdones y mi adentro puebla
  15. y que para nada extiendo como las manos sobre el alba.

 En el poema “Te tengo en el recuerdo y en las manos, en el infinito temblor” ( p. 59), de  Sobre el cielo imposible, el yo-poético confiesa que su amor está ausente solo vive en sus versos (v. 2) a la vez que en ellos, registradas las palabras, él lo pierde (v.8), pues se termina la magia de la presencia. Todo es ilusión : “no te encuentro./ Te tengo entre los dedos, pero con ellos/ sólo puedo palpar mi rostro” (v. 11-13). Con las palabras sueña pues su amor vive en la añoranza es “un recuerdo ciego”, (v 14).

TE TENGO EN EL RECUERDO Y EN LAS MANOS, EN EL INFINITO TEMBLOR

  1. con que te escribo, en los impulsos
  2. con que en los versos naces, en el secreto aliento
  3. con que entre ellos tú respiras y te enlazas
  4. a través de las palabras, palabras que siguen
  5. el mar de tu mirada y todo el oleaje
  6. con que tu presencia rima para mí la vida.
  7. Estás aquí, en este verso, pero debo también decir
  8. que a la vez en él te pierdo, porque intento
  9. cifrarte en él y allí como la silueta
  10. de una sombra te me escapas. En los versos
  11. te sueño y te figuro, pero no te encuentro.
  12. Te tengo entre los dedos, pero con ellos
  13. sólo puedo palpar mi rostro y entender
  14. que eres en él un recuerdo ciego.
  15. Para mis ojos o mis versos o mis pozos
  16. no hay luz que te abrace o te recobre.

En el poema “Pasó el amor. El amor se ha ido” (p.355) el yo-lírico declara que el amor se fue y él se siente un mendigo : “[...] Lejos del amor,/ soy un triste/ mendigo de mí mismo” (v.7-9), y en el poema “La silueta triste del amor, tras” (p. 354) el amor es una imagen que se evade, que se pierde en la esquina de una calle y deja el yo-lírico solo y lleno de heridas : “En el corazón y entre los dedos me crujen/ olvidos y desprecios y también sus antiguos fantasmas/sobre ellos.”(v. 16-18).

LA SILUETA TRISTE DEL AMOR, TRAS

la que escapas, después de doblar

la esquina de una calle por la que nadie

volverá a pasar nunca. Ni siquiera

yo. Porque contigo el amor ha terminado.

Con tu adiós, con tu no. Con tu olvido

y tu silencio. El amor es soledad,

es abandono. Y ha terminado.

Pero a la vez me ha arrasado.

El amor estos años me ha

arrasado. Y quedan lo rescoldos

de ese incendio, brasas aún soy,

restos del quiero y el espero que caminan

por esas calles vacías de una ciudad deshabitada

y que a la vez no tiene límites y es ya

toda mi alma. Lo que de ella tú has dejado.

En el corazón y entre los dedos me crujen

olvidos y desprecios y también sus antiguos fantasmas

 sobre ellos.

Parece que lospoetas viven en el amor y del amor. La forma de transbordar ese amor es el poema. Así el poeta renacentista portugués, Camões, en el soneto “Transforma-se o amador na cousa amada’, justificó : con los versos “o vivo e puro amor de que sou feito, / como a matéria simples busca a forma” (v. 13-14). ¿Pero qué es el amor ? Su definición es variada. Para Sócrates, el amor es el deseo de algo que no se tiene. Para los cristianos Dios es el amor y lleva consigo la seña del sacrificio y la donación de sí mismo ; y también es ágape. El apóstol Pablo apunta que el amor es la condición de la vida superior, sublimada : “El amor todo lo disculpa, todo lo creetodo lo esperatodo lo soporta”. (Coríntios 13). En la doctrina freudiana, el amor es una fuerza instintiva originaria, que es la libido. En los poemas montobbianos el amor es definido como : falta, pasado, añoranza, pérdida. Para más un registro de ello sigue el poema “Fuego y viento en tu recuerdo”, (p. 73) de Sobre el cielo imposible.

FUEGO Y VIENTO EN TU RECUERDO,

y también silencio. El tiempo

que con el amor venzo, un cuerpo

que no es puerto, los sueños

que dibujan más yemas

en los dedos mientras

respira el deseo. El viento

y el fuego, y el silencio,

y el campo profundo de tu cuerpo

para el que mi amor no es surco.

Para su siembra tu tierra

no tiene más espera. El fuego

y el viento la perfilan,

y el silencio, sola luna

del destierro.

Hay en la obra de Montobbio repetidas reflexiones melancólicas sobre el amor. Casi que un desafío de un yo amargo. También los temas de la soledad y de la muerte frecuentemente se presentan en su escritura.

Sobre la muerte Leszek Kolakows (p. 95) explica que huimos de la anticipación de nuestro acabar, porque es una fuente de sufrimiento y deseamos expulsarla del campo de nuestra atención para evitar un choque con las preguntas por las últimas cosas. Escapamos del amor porque suele ser la fuente del sufrimiento y escapamos de la soledad, pero no de modo que intentemos superarla por medio de la comunicación con el otro. Somos incapaces de soportar la soledad. Ella es como una amenaza en la pausa de una comunicación con el otro”.

 El tema de la vida, de la muerte, de la marginalización vuelve su escribir poético, un desafío de un “yo” amargo, por ejemplo, el poema “Las manos de la muerte.” de la obra Absurdos principios verdaderos, p. 42.

LAS MANOS DE LA MUERTE

Las manos de la muerte están hechas de las astillas

que abandonos arrancaron a la suerte

de viejísimas muñecas : las

manos de la muerte son frías y son sabias

tal y como se disfrazan.

Pero no te engañan.

Porque tú sabes cómo te cogen invisible el sexo

o cómo con dedos de aire escriben

cartas de amor que esconden testamentos :

las manos de la muerte,

con aquellas manos hierve a un sol

trenzado en mis heridas.

Existe en la poética montobbiana una cierta angustia por la muerte de la cual manifiesta el yo-lírico con terror y emoción, como en el poema “Sangre. Sangre y olvido, distancia y sangre” (p. 64-65) de Hasta el final camina el canto. Las imágenesmelancólicas del pasar del tiempo y la metáfora de la vida como un “río” nos lleva a Jorge Manrique (1960), en el inicio de su elegía a su padre “Coplas por la muerte de su padre”, estrofa 3 : “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/
qu’es el morir”. Mas Montobbio rompe con la filosofía determinante sobre la fugacidad de la vida con el deseo de un retorno feliz de la vida “en que el alma canta” (v. 14) y que el río sea de vida de “sangre” (v. 19-20).

SANGRE. SANGRE Y OLVIDO, DISTANCIA Y SANGRE.

  1. En la vida alienta la muerte, en ella lucha,
  2. se agazapa. La muerte triste y fiera, simiente siniestra que el cuerpo escarba
  3. y quiere dejarnos sin alma, en nada.
  4. Sangre. La sangre fluya y la muerte pare,
  5. el final detenga, el combate sordo
  6. del mal que crece. La muerte
  7. mi sangre pare. Y adiós le diga,
    1. hasta más tarde, hasta
  8. cuando sea, ojalá
  9. fuera hasta nunca. Pero tarde.
  10. La sangre fluya y me salve.
  11. Sobre esta vida que aún ha de cumplirse,
  12. ser luz y sombra que sobre los días se anuden.
  13. Vuelva la vida a ser mañana cierta
  14. en que el alma canta y tiembla.
  15. Allí anide, allí viva, del tiempo amigo,
  16. del tiempo compañero, como el tiempo río
  17. que fluye tranquilo o al menos no se estanca
  18. ni es detenido. Río bravo, torrente, arroyo,
  19. pero siempre río. Río con sangre,
  20. río vivo.

 Montobbio acerca la música a la poesía o viceversa, pero hace de la poesía una celebración de la vida.

En el poema “La vida vuelve como el alba”, p. 347, de Hasta el final camina el canto la vida retorna con la producción poética : “La vida vuelve en las palabras” (v. 13), porque el poeta puede comunicar lo más íntimo y sufrido de su alma por medio del arte poética que es ritmo y música : “[...] memoria en el arte recobrada, ritmo y música,/ oscuro mar de adentro que de nuevo/canta, y rompe en la soledad y sus rocas,/ y es sombra que acaricia los acantilados del recuerdo” (v. 8-11). 

LA VIDA VUELVE COMO EL ALBA, E IMPREGNA

  1. las palabras, desde una final soledad
  2. las entreteje y es música
  3. sobre la que el mar respira y se mece,
  4. abraza el tiempo sobre el alma. La vida vuelve,
  5. y respira, y abraza, y es soledad y es mar
  6. y son palabras que te nombran, que te esperan,
  7. que te esperaban en la última vuelta del camino,
  8. memoria en el arte recobrada, ritmo y música,
  9. oscuro mar de adentro que de nuevo
  10. canta, y rompe en la soledad y sus rocas,
  11. y es sombra que acaricia los acantilados del recuerdo,
  12. y del desprecio y el daño infinito de los días.
  13. La vida vuelve en las palabras, como soledad y
  14. como mar,
  15. como música que en ellos de un modo final
  16. te abraza. La vida vuelve y canta.
  17. Y yo no puedo más que acatarla,
  18. soldado de mar y arte, en la noche
  19. de los versos empeñado.

En El anarquista de las bengalas, en el poema Versos a duro”, p. 19, el poeta se muestra severo en su juzgamiento para consigo mismo. Difiere del juglar que pide algo, o “un buen vino”. No obstante un yo, diminuido el valor de sus versos, dice que nadie le debe darle nada, ni un duro (v. 13-18). 

13. [...] por los poemas hay que dar la vida.

14. Pero por los míos que nadie dé un duro.

15. Y vosotros dad menos, sólo quizá

16. lo que el vivir les trajo : desprecios,

17. hachazos, tibios hachazos

18. entre el frío.

 Los temas de la soledad, del dolor, del hacer poético es, como demostramos, una constante en los versos montobbianos, pero el tema de la naturaleza se presenta, en el silencio, cuando el poeta produce poesías y de esa arte se sirve para “germinar la vida”, que renace en las palabras del poema. El frescor de la mañana, o sea, toda la naturaleza son auxiliares de la fruición poética. En ese ambiente brota el verso. Sigue el poema “La soledad en que me hiero mientras canto”, de Hasta el final camina el canto, p. 201, como muestra de ese procedimiento poético :

LA SOLEDAD EN QUE ME HIERO MIENTRAS CANTO

  1. en que la sombra rasgo, y en su rasguño
  2. excarbo, con algo de mañana
  3. que mis recuerdos aún guardan.
  4. La soledad, la sombra, la mañana. La daga
  5. que en el poema canta, el silencio
  6. en que se hunde, la carne de esa sombra
  7. que aprieta y muerde o atraviesa.
  8. El alma es el silencio y la daga con que canta.
  9. El poema, la fuente, el bosque, las palabras.
  10. La vida que en el arte brota.

Incluso la naturaleza se presenta como auxiliar de la temática de la libertad para el yo-lírico en “El pájaro es trino y es respiro,” poema de la obra Hasta el final camina el canto, p. 25.

Junto a elementos naturales, como los pájaros ( “ala que la luz cruza”, v.. 3-4), con sus alas que los llevan en libre movimiento, el poeta desea integrarse, identificarse para formar parte del mundo y poder huir de la soledad sufocante de la muerte “la más negra” (v. 13).

EL PÁJARO ES TRINO Y ES RESPIRO.

  1. El pájaro es libertad que se extiende
  2. y se realiza, como una transparencia
  3. que el espíritu creara. El pájaro es ala
  4. que la luz cruza y a veces se ha partido.
  5. Quién fuera pájaro y el niño que lo mira,
  6. el silbo en la conciencia detenido,
  7. vuelo por amor apresado, junco,
  8. lirio. Quiero ser pájaro y mañana,
  9. alba siempre nueva, el aire que ese pájaro
  10. como signo de libertad traspasa. Todo eso
  11. quiero ser, y con ello escalar
  12. las murallas que me tiendes
  13. hacia la soledad más negra,
  14. porque es la soledad en que no estás, una soledad
  15. que no logra ser patria. Pájaro fuera
  16. y así en el aire te cruzara.
  17. Pájaro limpio, pájaro libre, pájaro pequeño.
  18. Pero pájaro. Posible para el amor en vuelo.
  19. Posible, quizá logrado. Por ti esperado.

Según Bachelar (p. 30-33), querer volar como un pájaro es símbolo de deseo voluptuoso. El sueño de volar puede dejar huellas profundas en la vida “real”, pero en la vida onírica el vuelo liberta el soñador de la opresión. El vuelo onírico recuerda el viaje anhelado por Ícaro, brinda la poesía. Creemos que si el poeta no volase no habría poesía, no habría la palabra poética, porque toda palabra poética necesita de un alejamiento de la realidad. Ella liberta el poeta de los obstáculos cotidianos y renueva su poesía. Volar es un deseo de libertad de quien usa la palabra. En el poema, “El pájaro es trino y es respiro”, se justifican ese deseo en los versos : “Quiero ser pájaro y mañana,/ alba siempre nueva, el aire que ese pájaro/ como signo de libertad traspasa (v. 8-10).

 De una manera poética, con la palabra, el yo-lírico relaciona el hombre con el mundo, consagra sus experiencias y su correlación entre él y el mundo, entre el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia. No pretende embellecer, santificar o idealizar el mundo que retrata por esa razón su representación no es falsa tampoco verdadera, sino poética. Sigue el tema de la naturaleza, representada por el mar en el poema “El mar está al final de algunos niños”, de La poesía es un fondo de agua marina, p. 142. El poeta se apropia del signo del mar para integrarse con el ser amado.

EL MAR ESTÁ AL FINAL DE ALGUNOS NIÑOS

  1. Habita su corazón y es quizá su brújula,
  2. su ritmo, su latido. El mar está al final
  3. de todo lo que resplandece en esta vida.
  4. El mar es una infancia. El mar es la libertad, la música.
  5. Yo quiero ser el mar que te encuentre y te adivine
  6. cuando se despierte la mañana y en tu alma
  7. su ritmo seguir, como un niño
  8. que al final o en su corazón lo cifra.

Al fin, los temas más frecuentes de la poética montobbiana son el del amor total más que recordado, el de la poesía (del poema, o metapoema) y el de la soledad y sus consecuencias. Sin embargo hay coherencia en las repeticiones. A partir de esos surgen los subtemas : muerte, vida, amor, (ausente, perdido) dolor (enfermedad), silencio, recuerdos, sombra, naturaleza, mar, lluvia, pájaro, añoranza, libertad, nada, tristeza, melancolía, tiempo, mañana, noche, alborada, otoño y se puede aún agregar : las imágenes : araña, grillo, lobo y túnel como refuerzo de la soledad.


REFERENCIAS

BACHELAR, Gsston. El aire y los sueños. México : Fondo de Cultura Económica, 1986.

KOLAKOWS, Leszek. La presencia del mito. Madrid : Cátedra,1972.

MANRIQUE, Jorge. Cancionero. Madrid : Espasa-Calpe, 1960.

MONTOBBIO, Santiago. Absurdos principios verdaderos. Barcelona : March Editor, 2011.

------. Hasta el final camina el canto. Málaga : El Bardo, 2015.

------. Sobre el cielo imposible. Málaga : El Bardo, 2016.

OLIVEIRA, Ester Abreu Vieira de. A arte poética de Santiago Montobbio (Análise e Tradução). São Paulo : Opção Editora, 2017.

 

 

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