Tras la tapia de un corral
Asnos por excelencia :
Abdón, Apiano, Apolo, Apuleyo
Aristóteles y el padre Arcos
Ven a una mujer sin bragas y en camisa
Ya un cura que le va a la zaga
En esencia, presencia y potencia
Por debajo de la sotana enseñando
Vara y media de pija
Para bendecir cual hisopo
A las musas de Arabia y de Grecia.
El cura que lleva cinco parroquias
A la mujer del mal campanero
Para él su décima Musa, le ha dicho
Cual lerdo y con disimulo
Sin valerse de hipérboles rastreras
Ni retóricas frases ni lisonjas
Que a las mismas verdades adulteran :
— Señora, si usted quisiera, quisiera
Que este enviado de dios muy guardado
Le diera muy solemne por culo.
- A quién podía yo mejor dedicar mi potorro
Que a este mi cura paisano, muy travieso
Y adorado Asno, con intento
Que gravemente por la falda arriba
Por la braga abajo
Que es un diablo de dios o un dios del diablo
Mueve y mete mejor que todos
Este su Asnal badajo
Que venga ahora desde la punta
Agarrada con sus dos manos
Y eyacule de ley, muy potente
Por el centro de los cuatro labios
Que más o menos bendito sea dios
Que en toda mi se halla un Asno.