En un lupanar de rica miel convivían las moscas y abejorros, a bien o mal traer como vasallos y señores, en el que los señores abejorros tenían entera jurisdicción para castigar, absolver y perdonar como reyes a las moscas sus vasallos, a quienes controlaban las arpías, corchetes en su acepción de alguaciles, queeran quienes tenían plena potestad para castigar a las moscas o plebeyos e inventarse montajes de castigo, o instrumentos de tortura. En los excusados había fanaleso campanas de vidrio que podían revestir diversas formas y que servían de guardabrisas para velas y luces, opara cubrir los pólipos, sacerdotes zoófitos de diversas clases que forman escollos en los mares. La forma de juzgar las fechorías era traca.
 Por decir : "A cada puerco lellega su san Martín", eran castigadas las moscas plebeyas sin plazo. Los señores abejorros que se sobrepasaban robando albuey, al ternero, como al carnero, eran premiados con un viaje en alfombra a la mezquita de Córdoba por castigar ese decir, siendo mentira. Los señores abejorros les cortaban las alas a las moscas o plebeyos, y las metían en unfrasco, que luego calentaban.
 La reina y su zángano, finosy redomados en lacontradicción, echaban bilis por la boca en forma de caño.Aquí, a este caño, venían a beber los abejorros señores, las moscas plebeyas y lospólipos, cuando se secaban las fuentes de muchos lugares, enverano ; y los ríos no corrían y las aceñasno molían.
 Una pulga o garrapata muy gran, que venía montada en una galga, que a su vez venía tras de una liebre, se paró enun camino con ambigüedad adonde entraba, y, bajándose de la galga nos habló de esta manera, haciendo memoria.
 Nos dijo : - Para que sepáis lo que es aquí Justicia, ahora os voy decir loque me `pasó a mí, que no hice otracosa que mordisquear un aguacate, provocativo a lujuria, ya empezado por un gran señor abejorro.
 La garrapata o pulga, que contestó que ella no había hechonada malo, pero que iba a hacer memoria, fue condenada por las arpías o alguaciles, que eran juez y sacristán ala vez. Y como habían advertido en ella malicia en sus ojos, la condenaron a pasar su lamento y duelo en una jaula, dos días fuera y uno dentro, bajo la jurisprudencia de lasmoscas o plebeyos, juzgándoles con la Ley de Vagos y Maleantes, que no zánganos, pues estos ocupan un buen lugar en la administración del lupanar de rica miel.
 También, la condenaron por pornográfica por decir en sábado : "El buey tiene mucha prisa al hígado". Fue condenada a tormento por haber contado las hazañas quehabía hecho en ganado y porhaberse tirado unos aires, o vientos, diciendo :-Aires, airecitos que de mi culo vienes, a catorce latigazos me hueles.